Mucha gente se me viene quejando que su perro es un agobio. Y que por mucho que le griten, que le peguen o que e encierren, el perro no deja de llorar y de ser un pegajoso.
Me gustaría explicar brevemente lo que se conoce como síndrome de la mujer maltratada. Se llama así a lo que sienten esas mujeres que creen que se merecen el trato que reciben, que siempre se portan mal o no son lo suficientemente buenas para su pareja, y que cuando están con ella (su pareja) son extremadamente cariñosas, intentando complacer lo mejor que pueden y saben, aunque tengan un ojo morado.
Cuanto más grites, pegues o maltrates en general a tu perro, más se comportará como una mujer maltratada. Minarás su confianza en sí mismo y le harás cada día más dependiente emocionalmente de tí y de tu humor. Sentirá que no es sufientemente buen perro, que siempre lo hace todo mal, e intentará complacerte de todas las maneras que se le ocurran.
Sé que en España es un concepto extraño, pensar en tratar a tu perro con respeto. Pero si respetas a tu perro, algo cambiará en tí. Tú, tu perro y todo tu alrededor se verán afectados, para mejor.
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